Sobre la importancia del trabajo personal.
Tengo 41 años y hace 17 mi vida se partió en dos. Viví 24 años de mi vida bajo los dictámenes de la sociedad o al menos eso creía; crece, compite, logra y tal vez así algún día podrás ser. Así que me di a la tarea de cumplir con lo que según yo se esperaba de mí, sin lograr nunca el cometido, sin lograr hacer, o sentir que era nada parecido a algo que me produjera satisfacción, plenitud o tan siquiera sosiego; llevo 17 años cuestionando todo, pero sobre todo cuestionándome a mi, indagando más allá de mis argumentos y encontrando en cada nuevo descubrimiento más sospechas que certezas, de esto se trata este espacio, un lugar para que nos cuestionemos juntos y que juntos poco a poco podamos ser cada vez más.
Sin importar las particularidades y lo único de las experiencias vividas por cada individuo, los seres humanos tenemos un denominador común, todos estamos en este planeta anclados a la idea de algún día poder ser felices; la felicidad se nos revela como el objetivo último y el logro más preciado. Sin embargo, la titánica tarea de alcanzarla en la mayoría de casos, se asemeja al juego de un niño haciendo pompas de jabón con la esperanza inocente de que alguna de ellas logre permanecer y no romperse nunca. A medida que pasa el tiempo, vemos como nuestras expectativas y nuestros anhelos frecuentemente se estrellan contra la realidad como pompas de jabón; nuestros sueños se deshacen uno a uno dándole paso a visitantes que se hacen frecuentes y en muchos casos permanentes: “el sufrimiento, el vacío y el sin sentido”.
Pareciera que la vida se nos enseñó como un juego de perseguir imposibles, perseguimos metas, buscamos parejas, tenemos hijos, soñamos viajes, experiencias y casi cualquier tipo de estímulo o artilugio que por un momento nos de esa sensación de que todo tiene sentido, sin embargo y entre más avanza la vida, notamos con angustia que la búsqueda es vana, que el placer sin importar cual sea su fuente, es siempre efímero y que al final de cada carrera parece esperarnos después de la meta, el mismo villano, el mismo vacío, el repetido final.
Es tan seductor el juego, tan embriagante su efecto y tan atractiva su dinámica que a pesar del resultado nefasto de su práctica, irremediablemente siempre parecemos listos para volver a comenzar, sin llegar a cuestionarnos nunca, que tal vez no es la falta de suerte, ni la ausencia de talento, sino el juego mismo y nuestra implacable obstinación en jugarlo, los únicos causantes de nuestro vacío interior.
Se presentan entonces ante nosotros dos posibles interpretaciones: ó, está mal el mundo, y todo lo que conlleva incluyendo la existencia misma, ó, quizá lo que no funciona es nuestra mirada miope, tozuda e ignorante que pareciera más interesada en justificar nuestro malestar que en trascenderlo.
El primer camino, si bien más cómodo e indulgente, nos convierte en esclavos del destino, en títeres del azar atados a las cadenas de Ego, condenados a buscar sin éxito, a luchar sin conquistar.
El segundo es el camino más largo, sin certeza y sin rumbo fijo, un camino que se devela solo para quien está listo para reconocer su ignorancia y transformarla en la intención pura de simplemente aprender a caminar, sin pretender llegar a ninguna parte.
Este espacio no pretende más que ser un excusa para que puedas mirar dentro de tí, un espejo donde puedas reconocer todo lo que no eres, hasta que puedas encontrar en ti la certeza de que lo que eres en realidad no puede ser dañado ni amenazado por nada ni por nadie. Un espacio honesto, optimista e incluyente donde puedas trabajar contigo mismo, un espacio sin maestros, ni gurús, un espacio que te acompañe a encontrar al maestro que vive que vive en ti y que es parte de todos.
Bienvenid@ siempre, quien quiera que seas
Santiago Molano
El Talleer.
PD: Este blog es un espacio colaborativo que surge del propósito de compartir y democratizar información, que para nosotros los miembros del equipo del El Talleer ha sido útil en diferentes ámbitos y momentos de nuestra vida.
Esperamos que sea de utilidad y nos apoye a todos para poder seguir creciendo juntos.
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